El pie cavo se caracteriza por un aumento anormal de la bóveda plantar, existe una verticalización del calcáneo y de los metatarsianos y aparece una prominencia en el dorso del pie; además, con frecuencia el talón se encuentra desviado en varo.
El pie cavo es más frecuente que el pie plano y, generalmente, se tolera bien. Existe una importante relación entre el pie cavo y los trastornos neuromusculares, por lo que siempre debe descartarse una etiología neurológica en los pacientes con esta deformidad del pie. El diagnóstico se basa en la exploración clínica, el estudio del apoyo plantar, las radiografías simples y la valoración neurológica.
En general, el tratamiento ortopédico es suficiente en las mayoría de pacientes, especialmente en niños y cuando la etiología no es neurológica, en algunos casos, no obstante, es necesaria la cirugía por dolor y alteración de la marcha. En estos casos, la intervención a realizar dependerá del tipo concreto de deformidad y de la posible afectación neurológica y se basará en osteotomías, artrodesis y actuaciones sobre partes blandas.
Recuerdo anatómico
El pie cavo es una deformidad compleja formada por la asociación de tres deformidades presentes, en mayor o menor medida, en todos los casos, estas son la elevación del arco longitudinal del pie, varo de retropié y garra de los dedos. A continuación vamos a exponer estas tres deformidades.
• Elevación del arco longitudinal del pie.
Es evolutiva en los niños hasta los 16 años en que se hace fija y provoca la aparición de una prominencia en el dorso del mediopié y cursa con retracción de las estructuras blandas de la planta del pie (ligamentos, músculos y fascia).
• Varo del retropié.
El varo del retropié puede ser flexible inicialmente, pero con frecuencia se vuelve rígido. El primario es favorecido por una inserción medial del tendón de Aquiles en el calcáneo y en el secundario a la verticalización excesiva del primer metatarsiano el apoyo del antepié provoca la supinación del retropié colocando el calcáneo en varo.
• Garra de los dedos.
Las articulaciones interfalángicas proximales se colocan en hiperflexión mientras que las articulaciones metatarsofalángicas están en hiperextensión, también es una deformidad flexible inicialmente pero que se vuelve rígida, con frecuencia se asocia a hiperqueratosis y dolor bajo las cabezas metatarsales.
Es posible clasificar morfológicamente el pie cavo en los planos sagital y transversal, a su vez el plano sagital lo podemos dividir en posterior, anterior y de formas mixtas.
-En el plano sagital:
- Pie cavo posterior, predomina la verticalización del calcáneo, es frecuente en casos de paresia del tríceps sural.
- Pie cavo anterior, predomina la caída de los metatarsianos, está favorecida por la insuficiencia de la musculatura dorsiflexora.
- Formas mixtas, por una gran verticalización del primer metatarsiano o por haberse realizado un alargamiento del tendón de Aquiles.
-En los planos transversal encontramos el pie cavo-varo, el pie cavo con talón neutro y pie cavo-valgo.
- Pie cavo-varo, con el talón desviado en varo, es la deformidad más frecuente del talón en el pie cavo.
- Pie cavo con talón neutro; suele corresponder a una forma inicial de la deformidad.
- Pie cavo-valgo; es poco frecuente. Algunos autores lo consideran una forma clínica de pie plano.
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Etiología
El pie cavo es muy frecuente y la prevalencia de esta deformidad alcanza el 25% de la población en algunos estudios. Su etiología neurológica es, para algunos autores, la más frecuente a pesar de que en muchos casos no es posible demostrar dicha etiología.
Causas neurológicas
La neuropatía hereditaria sensitivo-motora de Charcot-Marie-Tooth (CMT) es la etiología neurológica más frecuente del pie cavo, suele comenzar durante la infancia o la adolescencia y afecta principalmente a la musculatura del compartimento antero-lateral de la pierna (peroneos, tibial anterior y extensores de los dedos). La debilidad de estos músculos no puede compensar la fuerza del tibial posterior, tríceps y flexores de los dedos lo cual conduce a la deformidad en varo del retropié y aumento del arco plantar por caída y pronación del antepié. En algunos pacientes la aparición del pie cavo es la primera manifestación de la enfermedad.
Otros trastornos neurológicos que pueden originar un pie cavo son la enfermedad de Dejerine-Sottas y la enfermedad de Friedreich, miopatías como la enfermedad de Duchenne, la poliomielitis, disrafias espinales, hemiplejía, encefalopatías, afecciones radiculares y el síndrome compartimental.
Otras causas
Diversas alteraciones osteoarticulares puede cursar con la aparición de un pie cavo, estas son:
- Pie cavo congénito (muy raro).
- Artrogrifosis.
- Coaliciones tarsales.
- Secuela de pie equinovaro.
- Origen postraumático.
- Secundario a enfermedades reumáticas.
Trastornos en las partes blandas también pueden originar un pie cavo, estas son:
- Retracción de aponeurosis plantar (enfermedad de Ledderhose).
- Cicatrices plantares retráctiles.
- Quemaduras.
- Algunos deportistas presentan pies cavos asociados a hipertonía de la musculatura corta plantar.
Pie cavo idiopático o esencial
Son todos aquellos pies cavos en los que no se encuentra la causa. Es muy probable que la mayoría de estos pies cavos idiopáticos tengan un origen neurológico pero no ha sido posible demostrarlo o no han sido estudiados.