La cirugía mínimamente invasiva es en la actualidad una herramienta muy útil de la que disponer en nuestra mesa quirúrgica preparada para ayudarnos a resolver la patología de pie y tobillo de nuestros pacientes unida, al cada día más extendido, uso de técnicas mixtas para el tratamiento de la patología del antepie.
En los dos siguientes artículos descubriremos la Técnica de cirugía percutánea del pie paso a paso.
Anestesia
El tipo de anestesia utilizado para la cirugía percutánea del pie será la anestesia local, bien mediante bloqueos nerviosos a nivel del tobillo para toda la cirugía del antepié o bloqueos digitales para la cirugía de un solo dedo.
La eficacia de un anestésico local no depende sólo de sus características farmacológicas sino que también lo hace de la proximidad de la solución farmacológica al tronco nervioso.
Para conseguir un buen bloqueo del pie se elige el tobillo, ya que los troncos nerviosos son muy fácilmente localizables a este nivel.
La eficacia del bloqueo nervioso se puede establecer mediante pinzamientos de la piel y observando la hiperemia relativa por el efecto del fármaco sobre las fibras simpáticas.
Preparación de la piel y del campo quirúrgico.
Repetir una vez más que la cirugía percutánea no puede ser considerada una cirugía menor al realizarse por mínimas incisiones, sino que a través de ellas se podrán realizar técnicas quirúrgicas mayores e incluso muy agresivas, por ello la preparación del paciente y las medidas de esterilidad han de ser extremadas.
Comenzar con el rasurado de todo el pie, incluido el tobillo, punto donde se realizará el bloqueo anestésico; el paciente se encuentra en decúbito supino, semisentado y se ha de realizar el lavado del pie con jabón quirúrgico durante diez minutos, exactamente igual que las manos del cirujano y posteriormente colocar las tallas quirúrgicas estériles que cubrirán hasta el tobillo en el caso de cirugía del retropié, o bien hasta la articulación tarso metatarsiana en caso de cirugía del antepié.
No colocar torniquete en la raíz del miembro para obtener isquemia local, ya que el sangrado no afecta a la cirugía que se hace sin visión directa y por otro lado, el sangrado servirá para poder “refrigerar” la hipertermia producida por los instrumentos de corte motorizado, así como favorecer la limpieza de restos óseos por arrastre desde el punto de la cirugía hasta la entrada de la piel.
Mini-invasiva, artroscopia y patología compleja
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“Es fundamental conocer enfermedades sistémicas para poder tratar sus afectaciones en el pie y tobillo. Estas patologías junto con otras de complejas suponen un reto terapéutico, y por eso, es de vital importancia dominar tanto técnicas convencionales como mininvasivas.”
Mariano de Prado Presidente de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía del pie.
Planificación de la Técnica Quirúrgica Percutánea
El cirujano debe planear mentalmente la manera en la que va a poder realizar de un modo más preciso y eficaz los gestos quirúrgicos necesarios para completar la técnica decidida.
Para ello debe; elegir la incisión adecuada, la distancia desde esta incisión al punto de actuación quirúrgica y el ángulo de incidencia sobre la superficie ósea o cápsuloligamentosa a tratar.
Incisión
La incisión debe realizarse en un punto anatómico que no afecte las estructuras vasculares, nerviosas, ligamentosas, tendinosas, etc… sobre las que no se quiere actuar y que pueden ser lesionadas, teniendo unos efectos postoperatorios no deseados.
Debe intentar seguir las líneas cutáneas de superficie para conseguir cicatrices de mayor calidad; incidir en la piel siempre en ángulo recto, independientemente de la dirección posterior hacia el punto de actuación quirúrgica.
No realizar en zonas de presión con el calzado ya que favorece la aparición de cicatrices hipertróficas o queloides y dolor postquirúrgico en este punto.
El tamaño de la incisión debe ser pequeño pero suficientemente grande para poder introducir los instrumentos quirúrgicos con libertad, sin que éstos dañen la superficie de la piel, así como para permitir la salida de los detritus óseos en los casos de exostosectomía u osteotomía.
Si con la intención de hacer una incisión excesivamente pequeña se laceran los bordes de la incisión con la entrada y salida de los instrumentos quirúrgicos, se facilita la aparición de una cicatriz hipertrófica y posiblemente dolorosa, así como impedir la salida de los detritus óseos, favoreciendo la aparición de calcificaciones perilesionales o el mantenimiento de signos inflamatorios postquirúrgicos hasta la reabsorción de estos detritus óseos.
En el siguiente post desarrollaremos el abordaje, tanto su ángulo como su trayecto.