En la anterior entrada hablé sobre la que posiblemente se la reina de las talalgias en edad pediátrica, el Sever o la apofisitis del calcáneo.
Sin embargo, a lo largo de nuestra vida, estamos expuestos a sufrir otras patologías a nivel del talón. ¿Pero qué es el talón? Puede parecer que la pregunta se responde por sí misma, pero siempre conviene repasar el origen de los términos.
El talón
Según el diccionario de la RAE (Real Academia Española) el talón se define como “parte posterior del pie humano”. Si buscamos el término “heel” observaremos que en la literatura anglosajona se define como “la parte redondeada posterior del pie”.
Parece claro que si trasladamos esto a la anatomía, podría interpretarse como la región del pie donde se sitúa el calcáneo, el astrágalo y, por tanto, las articulaciones subtalar y tibioperonea-astragalina o tobillo. En otras palabras hablamos de la región anatómica comprendida entre la parte inferior del tobillo y la parte posterior a escafoides y cuboides.
Por tanto es una región anatómica amplia que engloba diversas estructuras blandas y óseas, las cuales pueden ser expuestas a sufrir patología.
A nivel óseo nos encontramos con el calcáneo y el astrágalo, sin tener en cuenta variaciones anatómicas, como son los huesos accesorios. A nivel articular por tanto tendríamos la articulación subtalar o subastragalina entre ambos huesos y los límites estarían puestos por la articulación del tobillo y la región articular de Chopart.
A nivel tendinoso contaríamos con el tendón de Aquiles, tendón del músculo tibial posterior, flexor largo del Hallux, flexor largo de los dedos, peroneo lateral corto y peroneo lateral largo como principales estructuras que se localizan a dicho nivel, sin contar estructuras anteriores; es decir, tendón del músculo tibial anterior, extensor propio del Hallux y extensor largo de los dedos.
¿Qué decir de los ligamentos?
Contamos con ligamentos tanto en la cara interna del tobillo como en la cara externa, más ligamentos situados a nivel calcáneo-cuboideo, calcáneo-escafoideo, ligamento astrágalo-calcáneo, etc.
Y esto sin olvidarnos de otras estructuras como son los músculos plantarflexores cortos, vasos, nervios, tejidos adiposos (grasa plantar del talón o la grasa de Kager), bursas, etc.
Por tanto, ahora es fácil de comprender que el término “talalgia” no es tan simple como parecía. Parece que ese “dolor en el talón” adquiere una mayor complejidad que la que en un principio se nos podía antojar.
Inestabilidad de Tobillo
Opciones de Tratamiento
“La inestabilidad de tobillo es una de las primeras causas de asistir a consultas de los pacientes deportistas y no deportistas. El tobillo esguinzado en un primer episodio puede no tener una gran importancia en el futuro del pronóstico del tobillo, pero cuando se desarrolla una inestabilidad del tobillo esto si puede generar problemas como torceduras, caídas, como llegar a tener un potencial artrogénico y degenerar esta articulación de cara al futuro.”
Una vez dicho todo esto, vamos a la verdad, vamos a la bibliografía científica. ¿Qué dice al respecto?
Si nos ceñimos a la bibliografía, son varios los artículos de revisión que diferencian entre dolores posteriores de talón y dolores plantares de talón, como son los artículos de Bhatty et al (2019) y el de Khan et al (2019). También contamos con clasificaciones según el origen de la patología, como la que proponen Thomas JL et al (2010) en su guía de práctica clínica, donde diferencian entre talalgias de origen neurológico, artrítico, traumáticas y mecánicas; que además las diferencian según su localización en talalgias plantares y posteriores, como hacen los dos autores mencionados anteriormente.
A partir de ahora, me ceñiré a la clasificación propuesta por Thomas et al (2010), dado que me parece, a título personal, la más completa y concisa.
Vamos a empezar por las talalgias mecánicas
A nivel plantar, la reina de las talalgias plantares mecánicas es, sin duda, la fasciopatía plantar, la cual clásicamente se diferencia en fascitis plantar o fasciosis plantar dependiendo del daño estructural del tejido. Se calcula que a lo largo de la vida un 11-15% de las personas van a desarrollar dolor plantar en el talón, siendo el principal de ellos la fasciopatía plantar. Respecto a la fascia plantar también contamos con las roturas parciales o totales de la fascia.
A nivel posterior, nos encontramos con diversas patologías que pueden producir dolores de características mecánicas. Por un lado tenemos las tendinopatías aquíleas, las cuales podemos dividirlas en insercionales o de cuerpo, y en calcificantes o no. Y al igual que con la fascia plantar, dividirla según su grado de daño en tendinitis, paratendinosis, tendinosis o roturas.
También contamos con otras patologías como el síndrome de Haglund o las bursitis, que pueden ser retroaquíleas o preaquíleas.
Además de estas principales etiologías de dolor en el talón, las cuales Thomas et al (2010) clasifican como mecánicas, a nivel plantar o posterior, contamos con otras afecciones que pueden generar una talalgia.
Por ejemplo, contamos con talalgias neurológicas como síndrome del túnel tarsiano, atrapamientos de ramas nerviosas inferiores, radiculopatías, afectaciones discales con repercusión en miembros inferiores o enfermedades que cursan con neuropatía como la diabetes mellitus.
Siguiendo esta última enfermedad, contamos con otras enfermedades sistémicas que pueden provocar dolores en el talón, como las enfermedades reumatoideas. Así contamos con la artritis reumatoidea, la espondilitis anquilosante, la enfermedad de Reiter, lupus, gota, psoriasis, etc.
Lógicamente, es indudable que existen talalgias de origen traumático como las fracturas del calcáneo o el astrágalo. Dentro de estas talalgias de origen traumático podríamos volver a mencionar las roturas de otros tejidos, como la fascia plantar, tendón de Aquiles o lesiones ligamentosas traumáticas, como los esguinces.
Asociado a la afectación del hueso o articulaciones, no podemos obviar procesos edematosos a nivel óseo o artrosis a nivel subtalar o en tobillo, aunque Thomas et al (2010) no las mencionen. Estas podríamos englobarlas como talalgias de origen mecánico.
Otras talalgias que podemos observar, son aquellas asociadas a tumores, infecciones, enfermedades vasculares, dolores musculares, otras tendinopatías, lesiones ligamentosas o dolores asociados a la grasa plantar o a la grasa de Kager, como el síndrome de la grasa plantar.
De esta forma y como podéis observar, contamos con decenas de diagnósticos posibles para un dolor a nivel del talón. Por lo tanto, es imprescindible contar con los conocimientos anatómicos necesarios para la correcta valoración y diagnóstico de las diversas patologías que pueden afectar a estar región anatómica, al igual que es necesario contar con herramientas que nos ayuden a establecer un diagnóstico diferencial.
En próximas entradas intentaremos abordar algunas de las patologías más conocidas; su etiología, valoración, diagnóstico y tratamiento.
Oscar Madruga
Colaborador
Podologo
Conoce al autor.
Oscar Mardruga es Podólogo en Clínica Hermosilla S.l. con 3 años de experiencia, la mayor parte de ella en el campo de la biomecánica, la ortopodología, podología infantil y diagnóstico por imagen. Podólogo Interno Residente en la Clínica Universitaria de Podología de la Universidad Complutense de Madrid (enero 2017 – diciembre 2018) y colaborador en la Docencia Práctica de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología para las enseñanzas Prácticas Clínicas del Grado en Podología en la Clínica Universitaria durante los cursos académicos 2017 y 2018.
Máster en Investigación en Podología por la Universidad Rey Juan Carlos. Título Propio en Ecografía Diagnóstica en Patología de Tobillo y Pie por la Universidad Rey Juan Carlos. Doctorando en Ciencias de la Salud por la Universidad Rey Juan Carlos.
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- Bibliografía:
Bhatty UN, Khan SH, Zubairy AL. Managing the patient with heel pain. Br J Hosp Med (Lond). 2019;80(4):196-200.
Khan SH, Thevarajah V, Zubairy AL. Imaging the patient with heel pain. Br J Hosp Med (Lond). 2019;80(4):192-195.
Thomas JL, Christensen JC, Kravitz SR, Mendicino RW, Schuberth JM, Vanore JV, et al. The diagnosis and treatment of heel pain: a clinical practice guideline-revision 2010. J Foot Ankle Surg. 2010;49(3 Suppl):S1-19.
Rompe JD, Furia J, Weil L, Maffulli N. Shock wave therapy for chronic plantar fasciopathy. Br Med Bull 81–82:183–208, 2007.