Los tumores óseos del tobillo y del pie suponen el 1-5% de todos los del esqueleto, en el pie asientan menos del 2% y la mayoría son benignos. El objetivo de esta entrada es conocer los diferentes tratamientos, ortopédico y quirúrgico.
Tratamiento ortopédico.
Entendiendo por tratamiento ortopédico la observación de un tumor ésta, estaría indicada en los casos benignos inactivos y en algunos activos asintomáticos. El seguimiento clínico y una radiografía simple bastarían para ese fin.
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Tratamiento quirúrgico
Los métodos quirúrgicos conservadores de tratamiento de los tumores óseos del pie incluyen el curetaje (resección intralesional) y la resección en bloque (resección marginal o amplia) que pueden combinarse en el tratamiento de una misma lesión.
Las reconstrucciones posteriores a ellos, cuando se precisan, pueden hacerse rellenando los defectos cavitarios con injerto esponjoso o con otro sustitutivo óseo, entre los que se incluiría el cemento16 y en el caso de defectos segmentarios con injertos estructurales córtico-esponjosos, a veces artrodesando una articulación haciendo uso de algún tipo de fijación interna.
Otros métodos de tratamiento quirúrgico más agresivos son la resección de uno o más radios, la talectomía y la calcanectomía (que podrían no seguirse de reconstrucción ósea) y las amputaciones (17).
Los métodos quirúrgicos de tratamiento de los tumores de partes blandas suelen limitarse a; resecciones de la tumoración, a veces incluyendo segmentos óseos, a la resección de radios y a amputaciones.
Todos los procedimientos finalizan realizando una hemostasia meticulosa, colocando un drenaje aspirativo si se considera oportuno y suturando por planos la herida quirúrgica.
En todos los casos es conveniente una inmovilización enyesada y la descarga del miembro hasta la demostración radiográfica de la consolidación, cuando sea el caso.