La columna vertebral es el esqueleto axial del organismo junto con la pelvis y por supuesto el eje conector con la cabeza y las extremidades inferiores. Es, por lo tanto, una estructura clave. La estructura de la columna se compone de 24 vértebras: 7 vértebras cervicales, 12 vértebras torácicas, 5 vértebras lumbares (Sacro y coxis).
La mayoría de la vértebras se componen de un soporte anterior (cuerpo vertebral) y una parte posterior (arco posterior) por donde circulan las estructuras neurológicas. Hablamos de “la mayoría” ya que la C1 es una excepción en cuanto al soporte anterior, porque es morfológicamente como un anillo dentro del cuál se encuentra la apófisis odontoides de la C2.
La columna en su conjunto global es un perfecto engranaje formado por muchas articulaciones, conocidas como facetas, que dan estabilidad a la parte más posterior; sin olvidar el papel que tienen los discos intervertebrales en la parte más anterior y que conectan las vértebras a través del cuerpo vertebral.
El hecho de que la parte más posterior de la columna contenga las estructuras neurológicas, explica que una parte importante de la patología de columna se manifieste con clínica neurológica, por lo que es preciso conocer muy bien dicha anatomía para poder correlacionar la clínica y así establecer un diagnóstico preciso que se derive en una buena propuesta de tratamiento. Pues, esta ¡es la clave del éxito del cirujano del raquis y por supuesto del paciente!
La importancia de ser capaces de hacer una buena exploración de columna.
Osteotomías de columna vertebral
en adultos y adolescentes
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‘‘Las deformidades vertebrales plantean numerosos desafíos al cirujano de columna. Se requiere una revisión detallada de las principales osteotomías vertebrales para comprender mejor las ventajas y desventajas de cada técnica, y para determinar qué osteotomía es la mejor para una deformidad particular, con el fin de mejorar el conocimiento sobre la importancia de restablecer la alineación normal de la columna...’’
Evita la tendencia de infravalorar la búsqueda de una etiología concreta
Un porcentaje muy elevado de lumbalgias son inespecíficas, y se catalogan como mecánicas. Pero una exploración reglada y un buen conocimiento de la anatomía del raquis nos permitirá hacer un buen diagnóstico diferencial (DD) con otras patologías como el cólico nefrítico, el IAM o el aneurisma de aorta abdominal entre otras.
El DD con dichas patologías es importante porque de pasar desapercibidas pueden tener consecuencias catastróficas. El primer paso es la anamnesis o historia clínica y en segundo lugar, la exploración clínica para sacar conclusiones más objetivas.
Algunos pasos recomendados a seguir en la anamnesis.