La articulación femoropatelar tiene como función proporcionar un punto de apoyo para aumentar el brazo de palanca del cuádriceps para extender la articulación de la rodilla o para evitar su flexión. Esta articulación está constituida por unos elementos óseos cuyos movimientos vienen proporcionados por unos elementos musculotendinosos y dirigidos por unos estabilizadores que condicionan un correcto funcionamiento.
Elementos óseos.
Los elementos óseos de la articulación femoropatelar son dos, la tróclea femolar y la rotula:
Tróclea femoral.
El surco troclear tiene una geometría compleja, es convexo transversalmente y cóncavo sagitalmente, aumentando su profundidad de proximal a distal. Sus dos vertientes no son idénticas, siendo algo más prominente la vertiente externa.
Rótula.
LA rótula es el sesamoideo más grande del cuerpo. Tiene forma redondeada y en su cara posterior tiene una cresta longitudinal, que la divide en dos vertientes articulares, y que se aloja en el fondo de la tróclea femoral.
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La estabilidad de la rótula en su movimiento a través del surco troclear viene condicionada por la geometría del surco y por los ligamentos femoropatelares. El ángulo Q en valgo crea un vector de fuerza que tiende a desplazar la rótula lateralmente.
Los estabilizadores pasivos
Los estabilizadores pasivos son el retináculo lateral, el retináculo medial, y en concreto el ligamento femoropatelar medial y el surco troclear.
El ligamento femoropatelar medial es el estabilizador más potente de la rótula, contribuyendo al 60% de la estabilidad de la misma, ejerce su función desde la extensión completa hasta los 30º de flexión de la rodilla. El surco troclear, más profundo en su región distal y con una vertiente lateral más elevada, retiene la rótula en su interior a partir de esos 30º.
Los estabilizadores activos. (Elementos musculotendinosos)
La rótula está incluida en el sistema tendinoso del cuádriceps que está en continuidad con las fibras del tendón rotuliano, sin embargo, ambos elementos no están alineados, formando un ángulo valgo entre ellos, denominado ángulo Q.
El principal estabilizador activo de la rótula es el músculo cuádriceps, formado por el vasto lateral, el recto femoral, el vasto medial y el vasto oblicuo medial. De éstos, el vasto oblicuo medial, se inserta a unos 65º de inclinación respecto a la longitudinal y ejerce una gran fuerza, por lo que es uno de los estabilizadores mediales más potentes de la rótula.
Además, la fuerza de compresión femoropatelar varía durante la flexo-extensión, siendo pequeña cuando la rodilla se encuentra cerca de la extensión completa, ya que los tendones traccionan axialmente sobre la rótula, aumentando a medida que la rodilla se flexiona, lo que contribuye a la estabilidad rotuliana.
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